lunes, 23 de junio de 2008


es que llueve fuera


con furia


y yo me quedo mirando al techo nuevo de esta habitación








la suavidad


la piel


(los mullaidines)





la tormenta que se ha desatado sin preaviso


y las sandalias


que se aprietan a los tobillos para no escaparse por las aceras.





Busco trabajo. Mujer joven periodista busca. Aroa joven mujer busca.





Qué difícil.





Pero tengo que escapar. Antes, mucho antes de que la ilusión comience a pudrirse por culpa de los que ya no la tienen.





Tres días y tú y yo tomaremos un avión. Por primera vez, planeta, volaremos.





Y a Paris.





Qué más.





Nada.





f


e


l


i


c


i


d


a


d

viernes, 13 de junio de 2008



No te acuerdas.


Pero aquella noche estabas empeñado en la tormenta de arena con la que amenazaba Google. No sé qué imaginabas, si un vendaval desértico.


Lo cierto es que salió el sol por la mañana. Y yo me quedé ahí,


como ahora, observando el espacio vacío que tu cuerpo dejaba en el sofá blanco. Sentándome a escribirte en la silla que aún guarda tu tacto.