"yo tenía un primo en Getafe
que se tuvo que marchar
se tuvo que ir pa'Alicante
sin poderlo remediar,
De vez en cuando nos llamaba
con el ojo to' torcío
con una pena en el alma
que Alicante se había íííooo
Querido primo yo te digo:
vente pa' Madrid"
Ooooh el Getafe ha ganado al Madrid. Y ¡hala! levanto los brazos como me deja el sueño para arriba y te digo a las 8.00 horas de la mañana desde la cama: eh! mira! bieeeeeeeeen! (por dentro pienso: pobres, si es que les gana hasta el Getafe, que ya decía ayer mi padre: estos van a tener que venderlo todo para financiarse, ¿cuántos socios tienen? 10.000) Es que tenía yo un primo que a puntito estuvo de entrar en el Getafe. A mi primo siempre le gustó el fútbol. Ojo! que yo también podría haber sido futbolista profesional, porque además de que cambiaba cromos con él de la liga qué? 86-87? con gran destreza en la terraza de su casa mientras hacíamos la digestión para volver a la piscina, le ganaba a pataditas al balón. Pero, digna yo, lo dejé por la poesía (aaaaaah, oficio remuneradísimo que me trae hoy hasta esta mesa de despacho de lujo: cenicero hasta arriba, cortinas recién puestas, caja de almacenamiento de datos, cuadernito casero con gráficos).
Sonaba el telefonillo: mmmmmmmmñec! quién es? - Iván - Bajas a jugar a las pistas? -No puedo, tengo que escribir unas odas...
Mi madre dice que él siempre fue más avispadillo que yo para los deportes, que no para la supervivencia. ¿Te he contado que lo primero primero que aprendí a decir fue 'es míííííío'? Y así le robaba el biberón en el parque.2-0. Porque, además, el tipo era bueno. Y yo algo mandona. Mi abuela dice que tiene muy mal caracter ahora: (póngase tono agudo de abuela) Al Iván no te lo vayas a perder tú de vista, dice. Pero cualquiera no tiene humores subidos en esa casa...
Total, que él a los cuatro años tenía que tomar un jarabe riquísimo para abrirle el apetito, y eso y las anginas le convirtieron en un flojo. Igual era entonces cuando yo le ganaba al fútbol.
Con un primo de tu edad se comparten tantas tantas cosas...
Un entregado a los deportes. Un día le llamaron del Getafe. -Iván, queremos ficharte. Eres un diamante en bruto (que lo era un rato, bruto digo), y vamos a pulirte en Las Margaritas (así me imagino yo aquello).
Mi tía: ay, mi niño, qué vale pa tó.
Mi tío: tú métete al furbol que nos sacas de pobres.
Yo: Un primo en el Getafe, esto lo cuentas y da puntos (pa qué, quién sabe)
Mi abuela/elo: Siempre dijimos que él era el tesorito familiar...
Mi primo: No gracias, a mí el fútbol me gusta para pasármelo bien con los amigos. Quiero ser enfermero.
Y ahí está.
Ah, qué por qué te cuento esto y no mejor lo de tus amigos friquis que se tiran media hora (que yo lo vi en el reloj del menos friqui de todos, pero más peligroso..) jugando a escuchar medio segundo de una película en una cocina con gatos y decirla levantando la manita para arriba: yoyoyoyoyoyo... Master and Commander!!!!oh lo siento, el otro la dijo antes de escucharla... Y eso que yo, a puntito estuve de hablar para decir que aquello que el amigomenosfriquiperomáspeligroso dijo que duraba más y que en qué año había nacido yo era la sintonía de los anuncios de la Primera. Pero no, claro. Los friquis lo último que vieron en la Primera fue El equipo A. Da igual. Te lo cuento porque.... me duele. Sí.
Pero era él, el Primo, porque los que vinieron después, generaciones posteriores a la Game Boy (un abismo), no son lo mismo.
Los dos nos distanciamos mucho. Años. Él le dejó de decir a mi madre que si llevaba lentillas azules para tener esos ojos tan claros. Mi madre de decir que era su sobrino favorito, aunque lo siga siendo. Mi padre le dejó de decir que estudiara alemán que le iba a ayudar en el trabajo y a jugar a 'un 21' en la canasta del garage, mi tía dejó de guisar rico para todos, mi tío dejó de contarse chistes verdes con mi abuelo, mi hermana de crecer con su hermano y yo... perdí y desde entonces sé porque se llama así, al hijo de los hermanos de tu padre, un primo-hermano.
Él lloraba cuando yo le decía en aquel portal que iba a dejar de ser su prima, que me iba a sacar su sangre. Qué cruel.
Y ya estoy. Es ponerme a pensar en todo lo que esos años envuelven, y aquí, en el despacho este del Alto de Extremadura, con pantalones de raya diplomática, pero de pijama, y una camiseta de...(no puedo leerlo desde arriba) se me cae la lágrima otra vez. Porque le echo de menos. Aún. Joder. Ya la he liado conmigo y aquí sola. Sentir es bueno. Es bueno.
problemas, problemas, problemas... hacerse mayor sin delicadeza es dejar de darle importancia a lo que realmente la tiene. Y esta nochevieja que cenamos todos juntos, con la vejez metida en las manos de la abuela, y la enfermedad superada pero desquiciada dentro de alguna, con el silencio de mi padre, mi contención de llanto (se me escapa sólo sin preguntar), el dolor de los que faltan y no porque hayan muerto y todo el teatro del 'aquí no ha pasado nada'...
Iván y yo. 3ºD-3ºC. Junio-Agosto. Él el 30, yo el 1.Bici con cesta-BMX. El disfrazado de Supermán, yo de payasa.
Ayer decían en la serie que vimos en tu sofá nuevo: ahora no podemos hablar de lo unidos que estuvimos ni de lo distanciados que estamos ahora.
Habrá que hacer el esfuerzo para que salte el reflejo de haber crecido juntos.
(Vaya rollo he soltado... los traumitas saliendo, jiji... ahora me voy ligera a pedir permiso para las obras. tengo los pies fríos y no descubro qué huele a tí aquí...cincomillonesdebersos)