lunes, 25 de febrero de 2008

3ºC-3ºD


"yo tenía un primo en Getafe
que se tuvo que marchar
se tuvo que ir pa'Alicante
sin poderlo remediar,
De vez en cuando nos llamaba
con el ojo to' torcío
con una pena en el alma
que Alicante se había íííooo

Querido primo yo te digo:
vente pa' Madrid"

Ooooh el Getafe ha ganado al Madrid. Y ¡hala! levanto los brazos como me deja el sueño para arriba y te digo a las 8.00 horas de la mañana desde la cama: eh! mira! bieeeeeeeeen! (por dentro pienso: pobres, si es que les gana hasta el Getafe, que ya decía ayer mi padre: estos van a tener que venderlo todo para financiarse, ¿cuántos socios tienen? 10.000) Es que tenía yo un primo que a puntito estuvo de entrar en el Getafe. A mi primo siempre le gustó el fútbol. Ojo! que yo también podría haber sido futbolista profesional, porque además de que cambiaba cromos con él de la liga qué? 86-87? con gran destreza en la terraza de su casa mientras hacíamos la digestión para volver a la piscina, le ganaba a pataditas al balón. Pero, digna yo, lo dejé por la poesía (aaaaaah, oficio remuneradísimo que me trae hoy hasta esta mesa de despacho de lujo: cenicero hasta arriba, cortinas recién puestas, caja de almacenamiento de datos, cuadernito casero con gráficos).
Sonaba el telefonillo: mmmmmmmmñec! quién es? - Iván - Bajas a jugar a las pistas? -No puedo, tengo que escribir unas odas...
Mi madre dice que él siempre fue más avispadillo que yo para los deportes, que no para la supervivencia. ¿Te he contado que lo primero primero que aprendí a decir fue 'es míííííío'? Y así le robaba el biberón en el parque.2-0. Porque, además, el tipo era bueno. Y yo algo mandona. Mi abuela dice que tiene muy mal caracter ahora: (póngase tono agudo de abuela) Al Iván no te lo vayas a perder tú de vista, dice. Pero cualquiera no tiene humores subidos en esa casa...
Total, que él a los cuatro años tenía que tomar un jarabe riquísimo para abrirle el apetito, y eso y las anginas le convirtieron en un flojo. Igual era entonces cuando yo le ganaba al fútbol.

Con un primo de tu edad se comparten tantas tantas cosas...

Un entregado a los deportes. Un día le llamaron del Getafe. -Iván, queremos ficharte. Eres un diamante en bruto (que lo era un rato, bruto digo), y vamos a pulirte en Las Margaritas (así me imagino yo aquello).

Mi tía: ay, mi niño, qué vale pa tó.
Mi tío: tú métete al furbol que nos sacas de pobres.
Yo: Un primo en el Getafe, esto lo cuentas y da puntos (pa qué, quién sabe)
Mi abuela/elo: Siempre dijimos que él era el tesorito familiar...

Mi primo: No gracias, a mí el fútbol me gusta para pasármelo bien con los amigos. Quiero ser enfermero.

Y ahí está.

Ah, qué por qué te cuento esto y no mejor lo de tus amigos friquis que se tiran media hora (que yo lo vi en el reloj del menos friqui de todos, pero más peligroso..) jugando a escuchar medio segundo de una película en una cocina con gatos y decirla levantando la manita para arriba: yoyoyoyoyoyo... Master and Commander!!!!oh lo siento, el otro la dijo antes de escucharla... Y eso que yo, a puntito estuve de hablar para decir que aquello que el amigomenosfriquiperomáspeligroso dijo que duraba más y que en qué año había nacido yo era la sintonía de los anuncios de la Primera. Pero no, claro. Los friquis lo último que vieron en la Primera fue El equipo A. Da igual. Te lo cuento porque.... me duele. Sí.

Pero era él, el Primo, porque los que vinieron después, generaciones posteriores a la Game Boy (un abismo), no son lo mismo.

Los dos nos distanciamos mucho. Años. Él le dejó de decir a mi madre que si llevaba lentillas azules para tener esos ojos tan claros. Mi madre de decir que era su sobrino favorito, aunque lo siga siendo. Mi padre le dejó de decir que estudiara alemán que le iba a ayudar en el trabajo y a jugar a 'un 21' en la canasta del garage, mi tía dejó de guisar rico para todos, mi tío dejó de contarse chistes verdes con mi abuelo, mi hermana de crecer con su hermano y yo... perdí y desde entonces sé porque se llama así, al hijo de los hermanos de tu padre, un primo-hermano.

Él lloraba cuando yo le decía en aquel portal que iba a dejar de ser su prima, que me iba a sacar su sangre. Qué cruel.

Y ya estoy. Es ponerme a pensar en todo lo que esos años envuelven, y aquí, en el despacho este del Alto de Extremadura, con pantalones de raya diplomática, pero de pijama, y una camiseta de...(no puedo leerlo desde arriba) se me cae la lágrima otra vez. Porque le echo de menos. Aún. Joder. Ya la he liado conmigo y aquí sola. Sentir es bueno. Es bueno.

problemas, problemas, problemas... hacerse mayor sin delicadeza es dejar de darle importancia a lo que realmente la tiene. Y esta nochevieja que cenamos todos juntos, con la vejez metida en las manos de la abuela, y la enfermedad superada pero desquiciada dentro de alguna, con el silencio de mi padre, mi contención de llanto (se me escapa sólo sin preguntar), el dolor de los que faltan y no porque hayan muerto y todo el teatro del 'aquí no ha pasado nada'...

Iván y yo. 3ºD-3ºC. Junio-Agosto. Él el 30, yo el 1.Bici con cesta-BMX. El disfrazado de Supermán, yo de payasa.
Ayer decían en la serie que vimos en tu sofá nuevo: ahora no podemos hablar de lo unidos que estuvimos ni de lo distanciados que estamos ahora.

Habrá que hacer el esfuerzo para que salte el reflejo de haber crecido juntos.

(Vaya rollo he soltado... los traumitas saliendo, jiji... ahora me voy ligera a pedir permiso para las obras. tengo los pies fríos y no descubro qué huele a tí aquí...cincomillonesdebersos)

jueves, 21 de febrero de 2008


.
pruebo a escribir en el bloc de notas por primera vez mientras espero que me llame Dimitri. Dimitri es grande, con barriga grande y siempre viene fumando. Está haciendo los papeles de sus hijos porque en cinco años le caducan.Ya pasaron. Llevo tu bata y alguna horquilla despistada que se queda aquí más tiempo que yo. Y ya. El disco duro masca la música a ratitos.
'La vida a veces te invita a una ronda, te guiña los ojos, concede una tregua'.

Te vas. Asomadito a tu puerta. Veo en el reflejo del barniz en la madera como cierras tu casa. TU casa con su olor. Pienso en que he debido ir haciéndome sabia con el tiempo como tú piensas que aquella noche en el Bremen no te pasaste ni en una ni en otra dirección y entraste en aquel barco. Y en el 503 c. Porque yo andaba por el Bremen, qué quieres, sin esperarte y sí, asomada en cubierta, mirando el puerto lejos, la caída de la luz. Creo que los barcos zarpan al atardecer. Así salí de Grecia y llegué a Dubrovnik. Feliz simplemente de soltar amarras.
Qué poco me costó decirte que me gustabas.Fue a la segunda vez. Yo sí me acuerdo. Aun estamos en el mar del norte porque aun es invierno.Porque tal vez me había fijado en tí por la calle, si no de qué recordar tu chamarra verde de Amsterdam.
Ayer yo miraba a mi amigo, el rubito, el que no te deja ponerte calcetines blancos, al que le molesta el humo cuando no es suyo, el de la espalda derecha y el jardín ordenado, con su vidita de boy scout, con su novia premeditada de manual y me daba tanta tristeza haber perdido tanto tiempo.Tanta, que no me pude entender a mí entonces.

Yo le decía a alguien desde octubre que era 'ahora', que tenía un presentimiento bueno, de muchas cosas buenas juntas sobreviniéndose y a punto de estallarme en las manos. Y abres la puerta entonces de aquel camarote y entras, con el abrigo puesto, con la lucidez. Y dices: 'hazte para allá'. Y te hice hueco en el sofá blanco. Y lo decía una vez en un cobertizo. Jugando. Dijeron: escribe un nombre. Había velas que habíamos robado en nuestras casas. Es muy bobo, pero escribí uno. Con un rotulador azul como lo que tienes aquí en el bote de cristal, veo exactamente el color. sin intuición y con azar y casualidad.

domingo, 17 de febrero de 2008

por qué quiero ir a méxico contigo (sin caducidad)



para surcar el lago de Catemaco




bañarnos solos (...) en Agua Clara







para escuchar el ruido del vuelo de las mariposas monarca











subir a las pirámides








entender










para que los niños se sorprendan de las fotografías (estos fueron aquellos que me pegaron sus habitantes)





la calma






la paz





y pasar las noches en lugares así

los 'nás' que no dicen nada

reconozo que soy adicta al sueño.

reconozco que los mejores sueños

surgen cuando me hablan
y no escucho.
Reconozco que hago preguntas
que sólo se responden con más de 1.000 palabras
-y a veces muchas más-.
Confieso que me siento feliz.
,
Bajada de las temperaturas. Llegó. Quien avisa no insiste en pretenderse de otra forma. Cuando no quiero ensuciarte las sábanas con situaciones rotas. Tanta gente. Recuerdo el primer día en que te esperaba. Estaba con Jorge en el bar aquel en el que amenazaste o amenazaron. Y dijo él: entonces, ¿cómo lo vas a hacer? (y noté su tono de sarcasmo). El qué, pregunté. Repartir aún más tus horas.
Cuando duermes, tu boca tiene otra forma. Dejas de ser un gato. El labio de arriba se monta descansado sobre el de abajo. Por eso dije una vez que ahí quería vivir. Dónde vivir. Eso fuiste tú primero. Y creo que dejaste tu mano apoyada en la parte inferior de una pierna. Ahí. Eso tiene un algo que ver con lo que esta mañana, a pesar de tu insistencia y tus trampas en el cuello, no quería contarte. Pero lo voy a hacer. Por aquí. Tendrás que esperarlo. Y lo leerás. Será bonito mientras nadie nos encuentre. Yo te dejaré estos mensajes que tú irás leyendo.
Será la página de mis nás, de los que quieran ser algo, otros no, de mis silencios, de lo que no existe y, sin embargo, es. De lo que se me pierde, por el camino o porque pierdo la consciencia de pronto y dejo de hablar. Por lo que me cuesta hablar, a veces. Paciencia conmigo.
Ayer me reí tanto escapándome, diciendo la conclusión de una serie de inconexas ideas. Y luego, la desconexión. Como si fuera un momento de fundido a negro, de estallido. Ahora me acuerdo.
Y ayer la casa. Llena de gente, de risas, de amigos. Y todo se encaja como en un puzle en el que las piezas existían en cajas distintas. La casa ayer, el ruido, las copas cayéndose, el patio cruzado por los amigos. El corcho roto a la mitad en la botella. Tú hablando. La tela que fue colcha de mi cama mexicana, el mantel.
En un ratito voy a volver a la casa. Quiero empezar a lijar ventanas. Voy a empezar las obras por mi cuenta si mañana no va nadie. No puedo esperar más. El agobio de esta mañana, al que yo me someto sola porque entiendo lo que la gente espera que haga.
Bajito, creo que te lo dije ayer. Lo evidente es esta felicidad que se desborda y en desorden
.


gato michoacano (octubre 2004)