domingo, 17 de febrero de 2008

los 'nás' que no dicen nada

reconozo que soy adicta al sueño.

reconozco que los mejores sueños

surgen cuando me hablan
y no escucho.
Reconozco que hago preguntas
que sólo se responden con más de 1.000 palabras
-y a veces muchas más-.
Confieso que me siento feliz.
,
Bajada de las temperaturas. Llegó. Quien avisa no insiste en pretenderse de otra forma. Cuando no quiero ensuciarte las sábanas con situaciones rotas. Tanta gente. Recuerdo el primer día en que te esperaba. Estaba con Jorge en el bar aquel en el que amenazaste o amenazaron. Y dijo él: entonces, ¿cómo lo vas a hacer? (y noté su tono de sarcasmo). El qué, pregunté. Repartir aún más tus horas.
Cuando duermes, tu boca tiene otra forma. Dejas de ser un gato. El labio de arriba se monta descansado sobre el de abajo. Por eso dije una vez que ahí quería vivir. Dónde vivir. Eso fuiste tú primero. Y creo que dejaste tu mano apoyada en la parte inferior de una pierna. Ahí. Eso tiene un algo que ver con lo que esta mañana, a pesar de tu insistencia y tus trampas en el cuello, no quería contarte. Pero lo voy a hacer. Por aquí. Tendrás que esperarlo. Y lo leerás. Será bonito mientras nadie nos encuentre. Yo te dejaré estos mensajes que tú irás leyendo.
Será la página de mis nás, de los que quieran ser algo, otros no, de mis silencios, de lo que no existe y, sin embargo, es. De lo que se me pierde, por el camino o porque pierdo la consciencia de pronto y dejo de hablar. Por lo que me cuesta hablar, a veces. Paciencia conmigo.
Ayer me reí tanto escapándome, diciendo la conclusión de una serie de inconexas ideas. Y luego, la desconexión. Como si fuera un momento de fundido a negro, de estallido. Ahora me acuerdo.
Y ayer la casa. Llena de gente, de risas, de amigos. Y todo se encaja como en un puzle en el que las piezas existían en cajas distintas. La casa ayer, el ruido, las copas cayéndose, el patio cruzado por los amigos. El corcho roto a la mitad en la botella. Tú hablando. La tela que fue colcha de mi cama mexicana, el mantel.
En un ratito voy a volver a la casa. Quiero empezar a lijar ventanas. Voy a empezar las obras por mi cuenta si mañana no va nadie. No puedo esperar más. El agobio de esta mañana, al que yo me someto sola porque entiendo lo que la gente espera que haga.
Bajito, creo que te lo dije ayer. Lo evidente es esta felicidad que se desborda y en desorden
.


gato michoacano (octubre 2004)




5 comentarios:

david dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
david dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
LAZLO dijo...

quitate el nombre

ay, mucho pelear contra los trolls... y vas firmando... te voy a borrar, lo siento, es ´MI blog, bli bli bli...

(no sé borrar)

este blog no es privado

si alguien nos encuentra
tendrá suerte

pero no puede saber tu nombre

duérmete

david dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
LAZLO dijo...

malo eres!

llevaban razón